lunes, 1 de julio de 2013

Ligando en Bershka, parte II

Me había puesto increíblemente nervioso. ¿No les ha pasado, acaso, que hasta se sienten un poco mareados y débiles? En situaciones como éstas, después me cuesta trabajo recordar todo con detalle. No sé cuántas miradas fueron, pero fueron suficientes y tales para darme cuenta de que ese chico me estaba viendo como yo a él. Es la primera vez que me pasa. No sé cómo describirlo, pero siempre vemos a alguien que no nos ve, pero como él me estaba viendo, había una especie de comunicación, algún entendimiento bastante evidente.

No sé si ya les dije que se le veía algo de gay. Ciertamente, él se veía más pasivo que activo, y sólo iba con su mamá. Yo iba con más gente, así que, considerando lo anterior, de ninguna manera se habría acercado a mí. De repente no lo vi, pero vi que su mamá se dirigió hacia el otro lado de la tienda. Recordé un chico al que no le hablé, y por lo cual me arrepentí todo el día. Un amigo me había dicho: la próxima vez, esté guapo o no, tú le hablas. Sin vacilar, el cuerpo débil de tantos nervios, todo así bien intenso, me dirigí hacia allá.

Me encaminé, paso firme. Estaba uno de esos mostradores redondos donde se cuelgan muchas camisas, y él estaba apoyado en él. Me vio y se volteó. Armado de mucho valor (¿quizá demasiado?), llegué y le pregunté: oye, ¿cómo te llamas? Me contestó en un tono, como indignado de lo que pregunté: ¿Mande? Le repetí la pregunta y se alejó.

Había mucha gente en la tienda, y yo había vencido mis nervios, así que no me importó. Simplemente me fui, y el momento de las miradas circuló muchas veces por mi mente, incluso hoy. Fue tan atrevido, real y fugaz, que hasta me cuesta trabajo entenderlo como realidad. Como que, después de eso, mi día estuvo girado. Me sentí orgulloso de mí mismo.

Así que lo saben: no todos tienen una gran seguridad con su sexualidad. En mi caso, podrían llegar y preguntarle al chico o a la chica que dónde compró su camisa, o cualquier otra prenda. Si es una tienda muy conocida o cercana, simplemente digan que les explique bien dónde está, y después denle un buen halago de esa prenda que preguntaron. Ya en tono de conversación, pregúntenle su nombre (ahora sí), qué está haciendo, con quién viene, si le gusta la tienda y ustedes digan que les gusta por esto y por aquello. El chiste es no hacer una entrevista, sino lograr una suerte de serie de comentarios, dar algo de lo que ustedes piensan, poder dar a conocer algo de sí mismos.

Venga, que estoy listo para el siguiente reto de la vida. ¡Y que viva la soltería! Jajajajja